La historia de la vitis vinífera y del vino
en el continente Americano como es de todos sabido se debe a;
- La llegada de Hernán Cortez en
1519 y al percatarse de que las
características de la tierra y el clima de algunas regiones del imperio Azteca (región
comprendida hoy por hoy por los estados de San Luis Potosí, Guanajuato, Edo de México y Puebla), eran ideales para el cultivo
de la vid.
- Al lograr por fin dominar y
derrotar al imperio Azteca en 1521
- A la firma las Ordenanzas de
buen gobierno para los vecinos y moradores de la Nueva España en el año de 1524 (año que marcaria el inicio formal de la vitivinicultura en la Nueva España),
y que establecía que “cualquier vecino que tuviese indios de repartimiento sea
obligado a poner en ellos en cada año, con cada cien indios de los que tuviera
de repartimiento, mil sarmientos, aunque sean de la planta de su tierra,
escogiendo la mejor que pudiera hallar. Entiéndase que los ponga y los tenga
bien pesos y bien curados, en manera que puedan fructificar, los cuales dichos
sarmientos pueda poner en la parte que a él le pareciere, no perjudicando
terceros, y que los ponga en cada año, como dicho es, en los tiempos en que
convienen plantarse, hasta que llegue a dicha cantidad con cada cien indios
cinco mil cepas; so pena que por el primer año que no las pusiere y cultivase,
pague medio marco de oro. (Ítem) que habiendo en la tierra plantas de vides de
las de España en cantidad que se pueda hacer, sean obligados a engerir las
cepas que tuvieren de las plantas de la tierra” (sic).
Resulta admirable advertir el método
empleado por los españoles para hacer de la profusión de vides silvestres el
cultivo de la Vitis vinífera. Es evidente que sobre las cepas silvestres y
oriundas del continente tales como: vitis rupestris, vitis labrusca y vitis
berlandieri, las cuales, por cierto, producían enormes cantidades de
racimos de uvas (Ramos-Covarrubias, 2007). Se procedió a injertar las vides
españolas. Por ello el juicio de Luis Hidalgo es certero al afirmar: “Es
indudable la gran visión de Hernán Cortés al llegar a establecer, en el año
1524, la injertación de la Vitis
vinífera como práctica vitícola.
Alguno de los registros existentes nos
indican que ciertos indígenas utilizaban estas vides salvajes para hacer una
bebida, que a la fecha se hace en todavía en algunos lugares del estado de
Coahuila, y se le conoce como vino de Acachul.
Como tambien es sabido en 1531 Carlos I de España (tambien conocido como Carlos V emperador del sacro imperio romano germanico),
ordenó que todos los navíos que se
dirigían al nuevo continente llevaran viñas y olivos para ser plantados. Ese
mismo año Fray Toribio de Benavente, ya escribía sobre los viñedos de Val de
Cristo, en esta región de Guanajuato,
Edo de México y alrededores de Puebla (Motolinia, 2001).
De ahí que el cultivo de la vid comenzó su
expansión cada vez más a zonas menos habitadas, hacia el norte de la Nueva
España y hacia otras latitudes (Sudamérica), en la búsqueda de mas riqueza.
Colonizadores, militares y en ocasiones misioneros y frailes, viajaban
hacia estas zonas antes no conocidas, por lo que se comienzan a fundar casas
vinícolas de las cuales algunas historias perduran hasta la actualidad.
Hasta la próxima..